LO NAHUAS
RUIZ ALASAÑEZ GUSTAVO
Introducción
El nombre del grupo náhuatl proviene
del verbo nahuatli (hablar con claridad); este término se
emplea para designar tanto al grupo como al lenguaje de los mexica, los
mexicanos.
Actualmente, los pueblos nahuas no
forman una unidad política sino que están localizados en un área que va desde
Durango hasta el sur de Tabasco y se concentran principalmente en Puebla,
Veracruz e Hidalgo. En menor proporción se localizan en San Luis Potosí,
Hidalgo, Distrito Federal, Estado de México, Tlaxcala, Morelos, Jalisco,
Michoacán, Nayarit y Oaxaca.
Los pueblos nahuatlacas o aztecas,
originarios de Aztlán-Teoculhuacán-Chicomostoc, se asentaron en la región de la
Cuenca de México y los valles centrales circunvecinos. Estos pueblos fueron los
tepaneca, xochimilca, cuitlahuaca, mixquica, acolhua; chalca, matlatzinca,
couixca, mallinalca, tlalhuica, tlaxcalteca, huexotzinca y culhuacan. Los
tlalhuicas y xochimilcas, también de ascendencia tolteca, se asentaron en el
estado de Morelos, en el valle y el norte respectivamente. Mientras que los
tlalhuicas conformaron los pueblos de Cuauhnáhuac, Huaxtepec, Yautepec,
Tlaquiltenango y Acapichtlan; los xochimilcas formaron los pueblos de
Tuchimilco, Tetela del Volcán, Tlalmimilulpan, Hueyapan, Tlacotepec,
Jumiltepec, Zacualpa, Temoac, Totolapan, Tlayacapan y Tepoztlán. Desde el siglo
XIII los tlalhuicas y xochimilcas mantuvieron relaciones políticas. Entre 1345
y 1428, los mexicas estuvieron sujetos al gobierno tepaneca, al que prestaban
servicios militares como tributo. La relación de Cuauhnáhuac con la Cuenca de
México durante el predominio del imperio tepaneca, se caracterizó por las
alianzas políticas mediante alianzas matrimoniales. Los mexicas dominaron
política y económicamente Cuauhnáhuac de 1438 a 1519, periodo en el que se
institucionalizó el pago de tributo, ya sea en productos o en servicios.
Los señoríos tributarios de los
tlalhuicas, xochimilcas, chichimecas y toltecas conformaron varias
"provincias", las más importantes fueron Cuauhnáhuac y Huaxtepec.
Después de la Conquista todos los
pueblos de Morelos quedaron comprendidos dentro del Marquesado del Valle de
Oaxaca, otorgado por el rey a Cortés; la Alcaldía Mayor de Cuernavaca era su
jurisdicción más importante. Durante este periodo Morelos siguió siendo un
importante centro de población indígena, la cual fue despojada de sus tierras
por los hacendados cañeros. En 1603 los indígenas fueron reacomodados y
concentrados en congregaciones, desapareciendo así muchas comunidades pequeñas.
Los principales asentamientos cañeros estuvieron en los valles de Cuernavaca,
Cuautla y Yautepec.
Las haciendas azucareras requerían de
fuertes inversiones por lo que, después de algún tiempo, se enfrentaron con
serios problemas financieros. Además de la crisis y depresión azucarera
sobrevinieron grandes cambios demográficos y en los patrones de asentamiento.
A partir del siglo XVII se dio una
fuerte migración del norte del estado a las zonas azucareras; esta tendencia
disminuyó en 1690 debido a las epidemias y a la baja demanda de mano de obra,
por lo cual muchos indígenas volvieron a la agricultura de subsistencia. En la
región azucarera, a diferencia de las haciendas, las comunidades indígenas
tenían muy pocas tierras. Su asentamiento permanente en las comunidades y su
tendencia endogámica favoreció la conservación de su identidad cultural.
En los siglos XVI y XVII el área de
Cuautla sufrió una gran pérdida de población indígena, la cual se recuperó
lentamente durante el siglo XVIII.
A mediados del siglo XVIII los
hacendados se habían apropiado de grandes terrenos. Con la Independencia se
formalizó el proyecto capitalista anunciado por las haciendas; los indígenas ya
no pagaban tributo ni pertenecían laboralmente a éstas. El aislamiento
geográfico y la retención de sus tierras comunales contrarrestaron la fuerte
tendencia de desindianización presentada en el periodo independiente.
Durante el proceso de
industrialización, las haciendas propiciaron la proletarización del campesino,
con la consecuente modificación de las relaciones sociales y sus repercusiones
en la fuerza de trabajo, además de acaparar las tierras. Tal situación gestó el
movimiento revolucionario al mando de Emiliano Zapata; las formas de oposición
asumidas por los zapatistas reflejaban fielmente las relaciones sociales
internas campesinas y sus mecanismos culturales de cohesión.
La reforma agraria mexicana iniciada
en 1917 y reconocida por el Constituyente de Querétaro en el Artículo 27
planteó para los habitantes de esta región la disyuntiva de aceptar el reparto
que hiciera el Caudillo del Sur o solicitar, legitimando así la política
gubernamental, tierras por la vía de la dotación ejidal. El nuevo Estado
revolucionario imponía el reconocimiento de sí mismo como el encargado de dotar
de tierras, pero no aceptaba ni reconocía el despojo de terrenos realizado por
los hacendados. En la década de los años veinte desaparecieron las grandes
haciendas azucareras, al igual que los grandes latifundios para dar paso al
ejido.
Ubicación
geográfica
Los descendientes directos del
pueblo Nahua, específicamente los hablantes de esta lengua, constituían en 2005
un poco más del 1.3% de los hablantes de alguna lengua indígena originaria, al
sumar 4,153; y se encontraban diseminados, en su gran mayoría, en municipios de
la zona conurbada con la ciudad de México y el oriente del estado. Son los
descendientes de quienes habitaron la Gran Tenochtitlán y las riberas de los
lagos que la circundaban. También existe población Nahua en algunos municipios
del valle de Toluca y el sur del estado.
El crecimiento urbano, en gran
parte de la zona conurbada del estado, ha absorbido municipios, pueblos y
comunidades, incluidas casi todas las de origen Nahua. Sus habitantes han visto
cambiar su forma de vida tradicional, al ser integrados a la vida de la ciudad,
aunque la gran mayoría conserva la esencia de su cultura y tradiciones. Sus
condiciones de vida ya son diferentes a las de los pueblos y comunidades
indígenas marginadas de las zonas rurales del sur del estado, pues los
indicadores socioeconómicos de la mayoría de los municipios urbanos son de
menor marginalidad y con una mayor cobertura de servicios públicos.
En la actualidad, diez municipios
cuentan con asentamientos de población indígena Nahua que preservan su
identidad. Los cuales se enmarcan de la siguiente manera: muy alta marginación:
Temascaltepec; alta marginación: Sultepec, Tejupilco, Malinalco y el
recientemente creado municipio de Luvianos; uno de media marginación:
Joquicingo; tres de marginación baja: Xalatlaco, Tenango del Valle y Amecameca;
y uno de muy baja marginación que es Texcoco. Se identifican en estos diez
municipios, un total de 45 comunidades con 10 y más personas hablantes de
lengua Náhuatl.
Lengua
La lengua náhuatl se encuentra dentro
de la subfamilia aztecoide que pertenece a la familia o grupo yuto-azteca. Este
grupo de lenguas emparentadas se habla desde las mesetas de la gran Cuenca del
Oeste de los Estados Unidos hasta algunas regiones de Nicaragua. Dentro del
territorio mexicano el náhuatl es el idioma con mayor número de hablantes del
grupo yutoazteca. Según sus características lingüísticas, el náhuatl se ha
dividido en cuatro grupos: el del este, del oeste, el central y el
septentrional, el de Morelos pertenece al segundo, que utiliza la tl al final,
y usa como prefijo el pretérito.
Indumentaria
Todavía subsiste la indumentaria
tradicional elaborada artesanalmente y usada sobre todo por la gente mayor. En
la vida cotidiana son los ancianos, hombres y mujeres, quienes portan este
vestido; los hombres calzón y camisa de manta, las mujeres chincuetes (faldas
muy amplias enredadas al cuerpo) y blusas repujadas o huipiles y fajas.
El atuendo tradicional de un hombre se
compone de camisa y calzón de manta, además de gabán de lana en la zona norte,
sombrero y huaraches. Las mujeres de Hueyapan, usan chincuetes, fajas y rebozos
de lana, blusas plisadas de satín o de algodón e ixcacles. En Tetelcingo visten
chincuetes y huipiles color azul marino, de lana o de telas sintéticas, faja y
huaraches; en Xoxocotla, faldas y blusas plisadas, delantal, rebozo (de tela
delgada) y huaraches; en Cuentepec, vestidos y delantales tableados, rebozo y
huaraches, a diferencia de los otros pueblos, aquí visten así todas las mujeres
sin distinción de edad. En estos pueblos, por lo menos un sector de la
población viste el atuendo tradicional en ocasiones festivas, y lo complementan
con collares y coronas de cempasúchil.
Vivienda
En estos pueblos, la residencia es
patrilocal. Cuando se casan los hijos varones viven en la casa paterna dos o
tres años, después construyen su propia vivienda en un lote comprado o cedido
por el padre.
En general, la vivienda está
constituida por uno o dos cuartos y es habitada por unas ocho personas. Las
casas son de adobe con techos de teja y palma o lámina de cartón; muy pocas
cuentan con baño o letrina, en el mejor de los casos tienen dos cuartos, uno
para dormitorio y otro como cocina. Además, cuentan con un solar en el que
puede encontrarse un cuexcomate (granero) de adobe y palma, así como árboles
frutales y algunos animales domésticos. En la calurosa zona sur, la cocina está
hecha con cuatro morillos y un techo solamente. En general, hay una tendencia a
habitar espacios cerrados y muy bajitos, aunque se tenga un gran solar.
En las comunidades nahuas no se ha
terminado la instalación del drenaje; en algunas de ellas el gobierno ha
proporcionado el material y la comunidad la mano de obra para ampliar la red.
Para la construcción de la vivienda se recurre a la ayuda de familiares,
compadres y amigos, a los que se invitan a comer durante la obra, queda
implícito el compromiso de ayudarlos cuando ellos construyan su casa.
Fiestas paganas y religiosas
Estos pueblos realizan sus fiestas con
la magnificencia que sus limitados recursos les permiten. En todas sus
celebraciones la misa católica y los actos litúrgicos dan pauta a las
celebraciones colectivas y a las particulares. Es decir, la iglesia los reúne y
las danzas son el punto por el cual tiene sentido ser de un determinado pueblo.
En estas fiestas se presentan alrededor de 15 danzas diferentes, entre las que
destacan las de las Ramas, Tecuanes, Pastoras, Chinelos, Gañanes, Aztecas,
Tenochmes o Apaches, Contradanza, Moros, Tres Potencias, Sayones e Inditas.
En estas localidades nahuas las
celebraciones más importantes son la fiesta patronal, el carnaval, Semana
Santa, Todos Santos y Navidad. A nivel estatal son importantes las Ferias de
Cuaresma (religiosas y comerciales) que van de acuerdo con el periodo de
cuaresma del calendario católico, a las cuales asisten los nahuas que cumplen
con promesas religiosas y comercian productos como alimentos, herramientas,
artesanías, ropa, etcétera. Este ciclo inicia el primer viernes en Amecameca,
continúa el segundo en Cuautla, el tercero de Tepalcingo, el cuarto en
Atlatlahucan, el quinto en Mazatepec y el sexto en Amecameca nuevamente.
Los castillos, los cohetes, las
corridas de toros, la fiesta en general, son parte de esos pocos momentos en
que los habitantes se olvidan de los largos periodos de trabajo o de angustia
por la sequía, la lluvia, el granizo o las heladas.
Fuentes de trabajo
artesanias
En Morelos existen varios tipos de
artesanía que se destinan al ornato ya sea doméstico o personal, para la vida
ceremonial y las actividades económicas.
En estos pueblos las artesanías se
elaboran de acuerdo con sus actividades y características de su entorno. Las
actividades económicas más importantes son la agricultura y la ganadería; para
la primera se trabaja el hierro forjado, en la manufactura de los instrumentos
para la roza y corte de caña; en esta rama sobresalen los productores de
Jojutla y Cuautla. Para el uso ceremonial y festivo se elabora alfarería, ésta
a veces dedicada exclusivamente a la cerámica para ritual, cerería, papel
picado, mascarería, metalistería y pirotecnia, lo cual se da en llamar
artesanía ceremonial. Su producción sobresale en las comunidades de Tlayacapan,
Tepoztlán y Axochiapan. Hueyapan tiene una gran tradición en el tejido de lana
pura para la confección de vestimenta de uso cotidiano como chincuetes,
rebozos, gabanes y fajas. En Huazulco y Amilcingo se hacen exquisitos dulces de
amaranto, cacahuate y semilla de calabaza. Estos productos se venden sobre todo
a nivel estatal durante todo el año en diferentes ferias, por excelencia en las
de Cuaresma de Morelos. También una artesanía local muy importante en cada una
de estas comunidades son los arreglos de flores naturales para sus diferentes
fiestas religiosas, como son los xochimamastles de Xoxocotla.
Territorio, ecología y reproducción
social
Morelos es un estado de abundantes
recursos hidrológicos, todo su sistema hidrográfico se integra por afluentes de
los ríos Amacuzac y Nexapa que forman el río Balsas. Sus principales ríos son
Tenango, Chinameca, Yautepec, Xochiltepec, Tembembe, Chalma y Amacuzac. Hay
lagos como el de Tequesquitengo y el Rodeo. El estado cuenta con un subsuelo
rico en manantiales y agua artesiana que forman ríos subterráneos como el que
atraviesa las grutas de Cacahuamilpa, y forman los balnearios de Agua Hedionda,
el Almear, Atotonilco, Palo Bolero, Las Estacas y Tehuixtla.
En los pueblos nahuas de Morelos la
principal actividad económica es la agricultura para la cual se emplean varios
agroquímicos. En Hueyapan, con una población de 6 500 habitantes, se practica
la agricultura que se destina para el autoconsumo (maíz y frijol) y para el
comercio (hortalizas y frutas como pera, durazno, tejocote, aguacate y
membrillo); el principal problema productivo que tienen es que los árboles ya
son viejos y muchos de ellos están infestados de plaga. Los terrenos agrícolas
y los pastizales son de propiedad ejidal, comunal o pequeñas propiedades. Otras
actividades económicas importantes son la elaboración de artesanías textiles,
de muebles y el pequeño comercio que abastece de lo indispensable a la región.
En Tetelcingo la mayoría de la
población se dedica al trabajo agrícola. Para esto el ejido cuenta con unas 1
555 ha de las cuales 146 son de riego y las otras de temporal; además, existen
muchas pequeñas parcelas de propiedad privada que suman unas 160 ha en total.
Una tercera parte de la tierra la ocupan en el cultivo del maíz, el resto la
dedican a cultivos comerciales, siembran caña y hortalizas principalmente. La comercialización
se hace de manera directa en los mercados de Cuautla, Cuernavaca o de la ciudad
de México. La ganadería es de traspatio y se crían sobre todo aves y borregos.
Santa Catarina cuenta con 3 600
habitantes, de los cuales el 86% desempeña actividades agropecuarias. Los
terrenos son comunales y pertenecen al municipio de Tepoztlán. Las tierras son
de temporal y se destinan a la siembra del maíz y frijol para el autoconsumo.
Para el comercio cultivan jitomate, calabaza, chile y hortalizas.
La principal actividad económica de
Cuentepec es la agricultura y la ganadería. La agricultura es de temporal de
corte tradicional; el principal cultivo es el maíz combinado con frijol y
cacahuate; en las pequeñas vegas del río se siembran hortalizas. La propiedad
de la tierra es comunal y ejidal sumando unas 8 000 hectáreas de temporal; 2
050 se utilizan para la agricultura, y el resto es pastizal cerril. Sus
beneficiarios son unos 250 jefes de familia. En los potreros naturales se cría
ganado criollo y cebú. El ganado porcino se cría en los traspatios de las
casas.
Entre los meses de octubre y diciembre
la mayoría de la población se dedica a la recolección de escoba y palma, las
cuales venden en Cuernavaca o a intermediarios que llegan hasta Cuentepec.
Xoxocotla cuenta con alrededor de 12
000 habitantes y una quinta parte de ellos son económicamente activos. Éstos se
dedican a actividades agropecuarias y al pequeño comercio. La extensión de las
tierras ejidales es de 3 950 has, de las cuales 2 425 son de temporal, 312 de
riego y 1 213 de pastizales.
Los principales cultivos son la caña
de azúcar, el maíz y el cacahuate. Se trabaja con una tecnología mecanizada,
combinada con tracción animal. La ganadería porcina es de traspatio; sólo hay
una granja ejidal que funciona con el trabajo colectivo de sus socios y genera
ganancias. La comercialización de la producción agrícola para el caso del maíz
excedente se realiza con los acaparadores de la región; el cacahuate es
comprado por una cooperativa y algunas empresas locales. La caña de azúcar se
procesa en el ingenio de Zacatepec.
Organización social
Las comunidades nahuas de Morelos se
componen de familias extensas en las que todos los miembros tienen una tarea
específica para la reproducción del grupo doméstico; la relación de compadrazgo
es muy importante.
La autoridad está a cargo del ayudante
municipal o del delegado, además del Juez de Paz, quien trata los asuntos
judiciales. Por otra parte está la autoridad agraria.
Actualmente, la relación entre los
cargos religiosos y los civiles no es tan estrecha como lo fue en años
anteriores. Sólo en algunos de estos pueblos se reconoce aún a los
huehuechiques, ancianos prestigiados, que fungen como consejeros de los jóvenes
en víspera de casarse, y de la población en general.
Cosmogonía y religión
El poderoso imperio guerrero nahua
quedó atrás. La cosmovisión de los pueblos nahuas contemporáneos, concretamente
los de Morelos, tiene su origen en la antigua cosmovisión que los nahuas
compartían con los demás pueblos mesoamericanos. Ésta se basa en una magna
oposición dual de contrarios que fracciona el cosmos para su mejor comprensión.
Así el cielo y la tierra, la luz y la oscuridad, lo femenino y lo masculino,
forman una dualidad que posee dos tipos fundamentales de fuerzas complementarias
y opuestas, semejantes e invertidas, entendidas en términos de polaridad: lo
positivo y lo negativo.
Los nahuas de Morelos, hablen su
lengua o no, conservan en gran medida los conocimientos de sus antepasados. Su
visión del mundo, de la naturaleza, de Dios, sus formas de elegir a sus
representantes, sus ritos agrícolas, de petición de agua, sus procesiones a los
lugares sagrados, sus danzas, su música, sus recuerdos sobre un pasado cercano
lleno de posibilidades ecológicas y abundancia de recursos frente a la pobreza
económica y las carencias en las que viven actualmente. Aunado a esto, las
manifestaciones de su cultura se han resguardado en las mentes de los viejos o
en las cofradías religiosas, en las mayordomías y grupos de vigilancia de los santos,
en los agricultores que rezan a San Isidro o a San Gregorio, en los que llevan
a bendecir sus semillas a la iglesia el día de la Candelaria, o van en
procesión a Coatepec; así como en los que aprendieron a observar la luna y
conocen los mejores momentos para sembrar, regar o cosechar.
Relaciones con otros pueblos
Por el momento, la dispersión
geográfica de estas comunidades impide fomentar un proyecto regional, pues el
sentido de pertenencia y reconocimiento étnico es muy local. Los indígenas de
Morelos son nahuas, pero están identificados con sus localidades.
Ciberografia
http://chikiuit.blogspot.com/2008/12/video-mujeres-que-trabajan-en-fibras.html
Tu trabajo está muy completo, sólo trata se que los subtítulos concuerden con los que nos dio la maestra
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