martes, 20 de marzo de 2012

Purépechas


López Sánchez Mariana
INTRODUCCIÓN

Su origen es divino, del cielo. Kuerájpiri es el creador, el dio primario engendrador. Y sus hijos son Tatá Jurhiáta, el Padre Sol y Nana Kutsi, la Madre Luna.



La población purépechas deriva de una mezcla de grupos chichimecas, nahuas, y pre tarascos que habitaron las riberas e islas del lago de Pátzcuaro, a finales del siglo XII.

Las actividades destacables que realizaron fueron empleo de instrumentos agrícolas de cobre.

La estratificación social era el rey, cazonci o irécha, después los señores, principales o acháecha y sacerdotes, finalmente las comnidades de campesinos y pescadores, artesanos y mercaderes.

Algunos rituales practicados son: ceremonias como la fiesta equataconsquaro, donde todos los pobladores de la región participaban durante 20 días. Y una narración de la vida de los antepasados que daba el sacerdote mayor.

Con la conquista por parte de Nuño de Guzmán en 1521, el gobernador de los p’urhé  no opuso resistencia.

Y con esto se dieron varios cambios en cuanto a las actividades que se realizaban por su parte como el arte plumario, el pulimento de piedras preciosas, y la platería entre otras. También la agricultura y la fauna con la introducción de nuevas especies vegetales (caña de azúcar) y animales respectivamente. Y explotación de minas por parte de los esclavos.

Y en el siglo XIX con la reordenación de la tenencia de la Tierra se despojo a la población indígena de la Zona de la Cañada, la región Lacustre, y el contorno Sur del área p’urhé, desde los sesenta. Lo que produjo levantamientos campesinos.

Durante la revolución se encontraron dos bandos: los “agraristas”  (revolucionarios y anticlericales) y los conservadores (católicos y antirrevolucionarios). Destacando el coronel Casimiro López Leco, oriundo de Cherán y organizador de grupos fijos y móviles de autodefensa armada, formando La Liga de Comunidades Agrarias de Michoacán y después la Liga de Comunidades y Sindicatos Agraristas en el estado de Michoacán.  Recuperando las tierras perdidas.

En la década de los veinte del presente siglo, destaca la lucha de Primo Tapia, encabezando un movimiento agrarista.

En la sociedad Moderna se mantienen las estructuras y formas de organización de la época prehispánica.

DESARROLLO

Localización geográfica: Actualmente se extiende a lo largo de los 6000 km2 de los 60 000 en el Estado de Michoacán,  en la región norcentral de la entidad, conocida como P'orhépecheo o Purhépecherhu. Esta área se divide en cuatro regiones: Japóndarhu, Eráxamani, Juátarisi y la ciénega de Zacap.

Los 22 municipios donde la población p’urhépecha son: Coeneo, Charapán, Cherán, Chilchota, Erongarícuaro, Los Reyes, Nahuatzen, Nuevo Parangaricutiro, Paracho, Pátzcuaro, Periban, Quiroga, Tancítaro, Tangamandapio, Tangancícuaro, Tingambato, Tinguindín, Tocumbo, Tzintzuntzan, Uruapan, Zacapu y Ziracuaretiro; sin embargo los hablantes de la lengua p’urhé se distribuyen en 95 de los 113 municipios del estado.



Lengua:

Se reconocen tres variantes: de la región lacustre, central y serrana. Notable disminución a partir de un censo de 1980, sin embargo se está intentando fortalecer esta lengua con el apoyo de la Academia de lengua purhé, y el Centro de Investigaciones de la Cultura p’urhépecha.


Población:

El censo general de Población y Vivienda registró a nivel nacional, por el año 1990 una población de 115 mil purépechas, de esto sólo el 87088 se concentraban en el estado de Michoacán y los demás estaban en el Distrito Federa, el Estado de México y en Baja California Norte.


Organización social: el núcleo es la familia. Las comunidades se dividen en barrios, que tienen funciones administrativas y ceremoniales.  Los cargos sociales son de carácter civil y religioso. Las autoridades oficiales son el jefe municipal de tenencia, los jueves, el representante de bienes comunales, el consejo de vigilancia, y el juez del registro civil.



Vestimenta:

Tradicional: falda llamada “sabanilla” en un enredo y consiste en un lienzo rectangular de lana tejida a mano. Las mujeres la tablean alrededor de su cintura y la sujetan con un ceñidor del que dejan sobresalir 20 cm de tela. Por su propio peso esta orilla se voltea hacia abajo y forma el famoso rollo de las tarascas.

La otra falda, llamada “zagalejo”, es también de lana. Lleva en la parte de arriba una tira de tela de algodón en color fuerte y, en la parte inferior, una cenefa del mismo material para protegerla del roce con el suelo. Está montada en angostos pliegues sobre una pretina amarrada en la cintura. Para formar “el rollo”, se vuelve la tela hacia adentro y se ata la pretina unos 20 cm más abajo. Al ceñirse la faja, esos veinte centímetros que sobresalen se doblan hacia fuera.

El “rollo” sirve para apoyar lo que las mujeres cargan en la espalda, ya sea una criatura, una canasta o un haz de leña. Bajo la falda o el enredo, las mujeres llevan en aguas blancas de manta, que tienen 5 metros de ancho a las que les cosen en la orilla inferior una tira bordada con lana o algodón en punto de cruz, a la que llaman labrado y en color contrastante, asoma bajo la falda luciendo dibujos de grecas, flores y animales.


Las tarascas usan dos ceñidores: el primero de grueso tejido de lana en color oscuro, es el que verdaderamente sostiene la falda de suyo pesada. El otro, más fino de colores vivos en lana o algodón sirve principalmente de adorno.

Hay tres tipos de camisas: el más antiguo deriva del huipil de dos lienzos llamado huananjere, es corto de manga blanca de una sola pieza metido bajo la faja. Está bordado alrededor del cuello y en los hombros con punto de cruz o al pasado, en color rojo o azul oscuro. El segundo tipo es de manta blanca, de escote cuadrado, con una bata tejida de gancho. El tercero es el más usado. Está camisa va plegada sobre el pecho y la espalda por una jareta a lo largo del escote; se acomoda así a los diferentes tamaños de mujeres, está bordada a veces en blanco y a veces en color, sobre los hombres y alrededor del escote con un trabajo muy fino y puntadas diversas.

Las tarascas se peinan con dos trenzas entretejidas con cordones de lana. Las mujeres indígenas michoacanas se cubren con rebozos de algodón azul marino con rayas azul pálido y blancas. Los flecos están guarnecidos con motitas y re bordados con motivos de águilas y figuras humanas. Para este trabajo emplean la artisela, que da la impresión de los antiguos trabajos con plumas.


Alimentación:

Siendo los cultivos más comunes el maíz, trigo, frijol, papa haba, lenteja, y cebada, además del durazno, aguacate, tejocote, limón, guayabo, chirimoya, chabacano, manzana, perón, capulín, membrillo, zapote blanco y granada roja.


Tipo de Vivienda: Tradicionalmente son de adobe y madera. Las primeras se construyen en regiones del Lago y la Cañada, y hacia los Reyes, y Tinguindín, mientras que las de madera se hacen en la sierra. Sin embargo, están siendo sustituidas por tabique, tabicón, techo colado, láminas de asbesto, cartón o zinc. También sirven como taller artesanal y bodega de productos agrícolas. Se construye una cocina aparte para albergar al hijo mayor una vez casado.                        Y también se tienen un pequeño huerto familiar donde se mantienen animales domésticos, se siembran verduras, árboles frutales y plantas medicinales.

Religión:

Politeísta con dioses mayores, medianos y menores.

Mayores: Curicaueri, Xaratanga, Thares Upeme y Uazoríquare.

Mediadores: Curita Caherí, Siruncia Arhan y Auicanime.

Cada una se representa como águila, fuego, piedra, tuza, caimán, etc. Y así forman parte de la vida de los p’urhé.

Dios  Curicveri, del panteón.

Sin embargo, actualmente en su mayoría se ha reemplazado por la católica, adecuando sus festividades al calendario litúrgico.

Fiestas religiosas y paganas:

El 6 de enero hay pastorelas que recorren las poblaciones tocando de puerta en puerta; destaca la singular fiesta de Erongarícuaro, cerca de Pátzcuaro; el 17 de enero, festividad en honor de San Antonio Abad, en la que todos los animales domésticos son engalanados con guirnaldas y otras flores, moños de colores y curiosos atuendos, para llevarlos al templo a recibir la bendición; del 24 al 27 de enero, en la isla La Pacanda, celebraciones en honor de Nuestra Señora de la Paz, patrona del lugar, con la danza de los Moros, bandas de música, fuegos artificiales y vendimias; carnaval cuando toritos de petate engalanados recorren las calles acompañados de música, maringuías (hombres vestidos de mujer), apaches, toreros y caporales; 19 de marzo fiesta de Huecorio en honor de San José Obrero, santo patrono de la localidad, con alboradas, procesiones, música, danza y cohetes; Miércoles Santo salida de los espías, que son ocho encapuchados, cuatro jinetes y cuatro infantes, que recorren la ciudad haciendo una interpretación bíblica de la Muerte del Nazareno; además, representaciones populares La Subida al gólgota, Las Tres Caídas, El Desprendimiento, La Procesión del Silencio, La Procesión de los Santos Cristos, La Procesión del Cristo de la Tercera Orden, y exposición de flores de primavera en la biblioteca infantil. El 3 de mayo, fiesta religiosa en el barrio de la Cruz Verde, con paseo de la siembra y yuntas engalanadas con flores naturales y panes, y danzas que imploran el buen tiempo para la siembra; en junio, la festividad movible de Hábeas Christi; el 29 de septiembre celebraciones en el barrio de San Miguel Arcángel, patrono del lugar: 1º de noviembre, en la región del Lago de Pátzcuaro, celebración de la Noche de Muertos, una de las ceremonias pagano-religiosas que han tenido eco nacional e internacionalmente y que inician desde el 21 de octubre, con eventos artístico –culturales en la Basílica de Pátzcuaro y en las Yácatas de Izintzuntzan, así como la feria artesanal de Pátzcuaro, celebraciones anteriores a la Velación de Muertos, en Janitzio, Ihuatzio, Tzurumútaro, Tzintzuntzan, Huecorio, y Jarácuaro; el 8 de noviembre desfile de Mojigangas, gigantescas figuras de cartón con personas que van adentro, bailando al compás de sones abajeños y que anuncian, cada semana, las fiestas de la Virgen de la Salud; del 5 al 9 de diciembre Feria Anual Artesanal y Agrícola, en honor de la Virgen de la salud.



Principalmente son danzas, en total 520 y otras 156 en desuso. Las danzas del ciclo de la cosecha (otoño-invierno) son la de los Viejitos, los Huacaleros, los Jóvenes y los Negritos, Dos Bailadores, la Danza del Pescado  (en la Región del Lago) y las de Pastores y Vaqueras. Por último las danzas del carnaval.

Las danzas del ciclo primavera-verano empiezan con el Corpus, donde participa toda la población y destaca el gremio preponderante de cada comunidad.


Economía: se basa en actividades primarias como la agricultura, la pesca, la recolección y el comercio. Otras son el tejido del hule, el trabajo asalariado en la agricultura, producción artesanal de madera.






Fuentes de Trabajo: Es el comercio, que ha ido aumentando debido al turismo y que sirve para su sustento diario.


Zonas Arqueológicas:
Son Tzintzuntzan, Tres Cerritos, Ihuatzio, Huandacareo, Cuitzeo, San Felipe de Los Alzati y Tingambato (liga a Uruapán); así como en los pueblos de la ribera del Lago de Pátzcuaro, Meseta Purépecha, Ciénaga de Zacapu, la Cañada de los Once Pueblos; en el área costera de Coahuayana y Aquila.







Biodiversidad:
Existe una gran diversidad de flora y fauna. En la primera podemos encontrar una gran variedad de plantas medicinales

Y en la segunda está: el venado de cola blanca, puma americano, coyotes, ardillas, tuzas, tejones, zorrillos; aves como chupamirtos, cuervos, pájaros bandera, tordos y zanates; acuáticas: patos, jacanas, garzas. Y de tipo acuáticos están peces blancos, sardinas, charales, truchas y carpas.



















Eco-regiones:
El área p'urhépecha presenta un relieve muy accidentado, producto de su origen volcánico que se remonta al Terciario o Cuaternario, cuando se presentó una gran actividad magmática que derramó grandes cantidades de lava.
Los suelos de la meseta son muy porosos y con la presencia de lluvias torrenciales de entre 1 260 y 1 500 mm de precipitación media anual. El agua es absorbida rápidamente, formándose corrientes subterráneas que se vierten en tres ríos: el Cupatitzio, que nace en Uruapan, el Duero que nace en Carapan y el Chivo que nace al oeste, y otro que nunca aflora pero que posiblemente alimenta al Lago de Pátzcuaro.
La mayor parte del área, particularmente la meseta, presenta climas templados subhúmedos con lluvias en verano. En la parte sur de la región se presentan tres subtipos: el templado húmedo, el semicálido húmedo y el semifrío subhúmedo, todos con abundantes lluvias en verano. En la Cañada, al norte de la región, encontramos clima semicálido subhúmedo con lluvias en verano.
En cuanto a la vegetación, encontramos serranías meridionales con presencia de pinos y encinos y la altiplanicie o bajío con una vegetación dominante de matorral xerófilo, siendo frecuentes también los pastizales y el bosque espinoso con presencia de acacias. En la región del lago encontramos dos tipos de ecosistemas: terrestres y acuáticos.
El Lago de Pátzcuaro tiene un relativamente conservado hábitat a pesar de presentarse procesos de deforestación y erosión del suelo; la contaminación es moderada y sólo tiende a ser crítica en la parte cercana a la ciudad de Pátzcuaro. Esto se debe fundamentalmente a que las comunidades indígenas de la región del lago han estructurado un manejo colectivo de conocimientos y actitudes que han favorecido el uso sustentable y conservacionista de la naturaleza.
En este manejo colectivo destaca el que la apropiación indígena de los recursos naturales se basa en el principio de la diversidad de recursos, por encima de la especialización y en un conocimiento global del entorno que tiene que ver con el conjunto de actividades productivas.

Cyberografía:

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