lunes, 23 de abril de 2012


LO NAHUAS

RUIZ ALASAÑEZ GUSTAVO


Introducción
El nombre del grupo náhuatl proviene del verbo nahuatli (hablar con claridad); este término se emplea para designar tanto al grupo como al lenguaje de los mexica, los mexicanos.
Actualmente, los pueblos nahuas no forman una unidad política sino que están localizados en un área que va desde Durango hasta el sur de Tabasco y se concentran principalmente en Puebla, Veracruz e Hidalgo. En menor proporción se localizan en San Luis Potosí, Hidalgo, Distrito Federal, Estado de México, Tlaxcala, Morelos, Jalisco, Michoacán, Nayarit y Oaxaca.
Los pueblos nahuatlacas o aztecas, originarios de Aztlán-Teoculhuacán-Chicomostoc, se asentaron en la región de la Cuenca de México y los valles centrales circunvecinos. Estos pueblos fueron los tepaneca, xochimilca, cuitlahuaca, mixquica, acolhua; chalca, matlatzinca, couixca, mallinalca, tlalhuica, tlaxcalteca, huexotzinca y culhuacan. Los tlalhuicas y xochimilcas, también de ascendencia tolteca, se asentaron en el estado de Morelos, en el valle y el norte respectivamente. Mientras que los tlalhuicas conformaron los pueblos de Cuauhnáhuac, Huaxtepec, Yautepec, Tlaquiltenango y Acapichtlan; los xochimilcas formaron los pueblos de Tuchimilco, Tetela del Volcán, Tlalmimilulpan, Hueyapan, Tlacotepec, Jumiltepec, Zacualpa, Temoac, Totolapan, Tlayacapan y Tepoztlán. Desde el siglo XIII los tlalhuicas y xochimilcas mantuvieron relaciones políticas. Entre 1345 y 1428, los mexicas estuvieron sujetos al gobierno tepaneca, al que prestaban servicios militares como tributo. La relación de Cuauhnáhuac con la Cuenca de México durante el predominio del imperio tepaneca, se caracterizó por las alianzas políticas mediante alianzas matrimoniales. Los mexicas dominaron política y económicamente Cuauhnáhuac de 1438 a 1519, periodo en el que se institucionalizó el pago de tributo, ya sea en productos o en servicios.
Los señoríos tributarios de los tlalhuicas, xochimilcas, chichimecas y toltecas conformaron varias "provincias", las más importantes fueron Cuauhnáhuac y Huaxtepec.
Después de la Conquista todos los pueblos de Morelos quedaron comprendidos dentro del Marquesado del Valle de Oaxaca, otorgado por el rey a Cortés; la Alcaldía Mayor de Cuernavaca era su jurisdicción más importante. Durante este periodo Morelos siguió siendo un importante centro de población indígena, la cual fue despojada de sus tierras por los hacendados cañeros. En 1603 los indígenas fueron reacomodados y concentrados en congregaciones, desapareciendo así muchas comunidades pequeñas. Los principales asentamientos cañeros estuvieron en los valles de Cuernavaca, Cuautla y Yautepec.
Las haciendas azucareras requerían de fuertes inversiones por lo que, después de algún tiempo, se enfrentaron con serios problemas financieros. Además de la crisis y depresión azucarera sobrevinieron grandes cambios demográficos y en los patrones de asentamiento.
A partir del siglo XVII se dio una fuerte migración del norte del estado a las zonas azucareras; esta tendencia disminuyó en 1690 debido a las epidemias y a la baja demanda de mano de obra, por lo cual muchos indígenas volvieron a la agricultura de subsistencia. En la región azucarera, a diferencia de las haciendas, las comunidades indígenas tenían muy pocas tierras. Su asentamiento permanente en las comunidades y su tendencia endogámica favoreció la conservación de su identidad cultural.
En los siglos XVI y XVII el área de Cuautla sufrió una gran pérdida de población indígena, la cual se recuperó lentamente durante el siglo XVIII.
A mediados del siglo XVIII los hacendados se habían apropiado de grandes terrenos. Con la Independencia se formalizó el proyecto capitalista anunciado por las haciendas; los indígenas ya no pagaban tributo ni pertenecían laboralmente a éstas. El aislamiento geográfico y la retención de sus tierras comunales contrarrestaron la fuerte tendencia de desindianización presentada en el periodo independiente.
Durante el proceso de industrialización, las haciendas propiciaron la proletarización del campesino, con la consecuente modificación de las relaciones sociales y sus repercusiones en la fuerza de trabajo, además de acaparar las tierras. Tal situación gestó el movimiento revolucionario al mando de Emiliano Zapata; las formas de oposición asumidas por los zapatistas reflejaban fielmente las relaciones sociales internas campesinas y sus mecanismos culturales de cohesión.
La reforma agraria mexicana iniciada en 1917 y reconocida por el Constituyente de Querétaro en el Artículo 27 planteó para los habitantes de esta región la disyuntiva de aceptar el reparto que hiciera el Caudillo del Sur o solicitar, legitimando así la política gubernamental, tierras por la vía de la dotación ejidal. El nuevo Estado revolucionario imponía el reconocimiento de sí mismo como el encargado de dotar de tierras, pero no aceptaba ni reconocía el despojo de terrenos realizado por los hacendados. En la década de los años veinte desaparecieron las grandes haciendas azucareras, al igual que los grandes latifundios para dar paso al ejido.

Ubicación geográfica

Los descendientes directos del pueblo Nahua, específicamente los hablantes de esta lengua, constituían en 2005 un poco más del 1.3% de los hablantes de alguna lengua indígena originaria, al sumar 4,153; y se encontraban diseminados, en su gran mayoría, en municipios de la zona conurbada con la ciudad de México y el oriente del estado. Son los descendientes de quienes habitaron la Gran Tenochtitlán y las riberas de los lagos que la circundaban. También existe población Nahua en algunos municipios del valle de Toluca y el sur del estado.

El crecimiento urbano, en gran parte de la zona conurbada del estado, ha absorbido municipios, pueblos y comunidades, incluidas casi todas las de origen Nahua. Sus habitantes han visto cambiar su forma de vida tradicional, al ser integrados a la vida de la ciudad, aunque la gran mayoría conserva la esencia de su cultura y tradiciones. Sus condiciones de vida ya son diferentes a las de los pueblos y comunidades indígenas marginadas de las zonas rurales del sur del estado, pues los indicadores socioeconómicos de la mayoría de los municipios urbanos son de menor marginalidad y con una mayor cobertura de servicios públicos.

En la actualidad, diez municipios cuentan con asentamientos de población indígena Nahua que preservan su identidad. Los cuales se enmarcan de la siguiente manera: muy alta marginación: Temascaltepec; alta marginación: Sultepec, Tejupilco, Malinalco y el recientemente creado municipio de Luvianos; uno de media marginación: Joquicingo; tres de marginación baja: Xalatlaco, Tenango del Valle y Amecameca; y uno de muy baja marginación que es Texcoco. Se identifican en estos diez municipios, un total de 45 comunidades con 10 y más personas hablantes de lengua Náhuatl.


Lengua
La lengua náhuatl se encuentra dentro de la subfamilia aztecoide que pertenece a la familia o grupo yuto-azteca. Este grupo de lenguas emparentadas se habla desde las mesetas de la gran Cuenca del Oeste de los Estados Unidos hasta algunas regiones de Nicaragua. Dentro del territorio mexicano el náhuatl es el idioma con mayor número de hablantes del grupo yutoazteca. Según sus características lingüísticas, el náhuatl se ha dividido en cuatro grupos: el del este, del oeste, el central y el septentrional, el de Morelos pertenece al segundo, que utiliza la tl al final, y usa como prefijo el pretérito.



Indumentaria
Todavía subsiste la indumentaria tradicional elaborada artesanalmente y usada sobre todo por la gente mayor. En la vida cotidiana son los ancianos, hombres y mujeres, quienes portan este vestido; los hombres calzón y camisa de manta, las mujeres chincuetes (faldas muy amplias enredadas al cuerpo) y blusas repujadas o huipiles y fajas.
El atuendo tradicional de un hombre se compone de camisa y calzón de manta, además de gabán de lana en la zona norte, sombrero y huaraches. Las mujeres de Hueyapan, usan chincuetes, fajas y rebozos de lana, blusas plisadas de satín o de algodón e ixcacles. En Tetelcingo visten chincuetes y huipiles color azul marino, de lana o de telas sintéticas, faja y huaraches; en Xoxocotla, faldas y blusas plisadas, delantal, rebozo (de tela delgada) y huaraches; en Cuentepec, vestidos y delantales tableados, rebozo y huaraches, a diferencia de los otros pueblos, aquí visten así todas las mujeres sin distinción de edad. En estos pueblos, por lo menos un sector de la población viste el atuendo tradicional en ocasiones festivas, y lo complementan con collares y coronas de cempasúchil.


Vivienda
En estos pueblos, la residencia es patrilocal. Cuando se casan los hijos varones viven en la casa paterna dos o tres años, después construyen su propia vivienda en un lote comprado o cedido por el padre.
En general, la vivienda está constituida por uno o dos cuartos y es habitada por unas ocho personas. Las casas son de adobe con techos de teja y palma o lámina de cartón; muy pocas cuentan con baño o letrina, en el mejor de los casos tienen dos cuartos, uno para dormitorio y otro como cocina. Además, cuentan con un solar en el que puede encontrarse un cuexcomate (granero) de adobe y palma, así como árboles frutales y algunos animales domésticos. En la calurosa zona sur, la cocina está hecha con cuatro morillos y un techo solamente. En general, hay una tendencia a habitar espacios cerrados y muy bajitos, aunque se tenga un gran solar.
En las comunidades nahuas no se ha terminado la instalación del drenaje; en algunas de ellas el gobierno ha proporcionado el material y la comunidad la mano de obra para ampliar la red. Para la construcción de la vivienda se recurre a la ayuda de familiares, compadres y amigos, a los que se invitan a comer durante la obra, queda implícito el compromiso de ayudarlos cuando ellos construyan su casa.


Fiestas paganas y religiosas
Estos pueblos realizan sus fiestas con la magnificencia que sus limitados recursos les permiten. En todas sus celebraciones la misa católica y los actos litúrgicos dan pauta a las celebraciones colectivas y a las particulares. Es decir, la iglesia los reúne y las danzas son el punto por el cual tiene sentido ser de un determinado pueblo. En estas fiestas se presentan alrededor de 15 danzas diferentes, entre las que destacan las de las Ramas, Tecuanes, Pastoras, Chinelos, Gañanes, Aztecas, Tenochmes o Apaches, Contradanza, Moros, Tres Potencias, Sayones e Inditas.
En estas localidades nahuas las celebraciones más importantes son la fiesta patronal, el carnaval, Semana Santa, Todos Santos y Navidad. A nivel estatal son importantes las Ferias de Cuaresma (religiosas y comerciales) que van de acuerdo con el periodo de cuaresma del calendario católico, a las cuales asisten los nahuas que cumplen con promesas religiosas y comercian productos como alimentos, herramientas, artesanías, ropa, etcétera. Este ciclo inicia el primer viernes en Amecameca, continúa el segundo en Cuautla, el tercero de Tepalcingo, el cuarto en Atlatlahucan, el quinto en Mazatepec y el sexto en Amecameca nuevamente.
Los castillos, los cohetes, las corridas de toros, la fiesta en general, son parte de esos pocos momentos en que los habitantes se olvidan de los largos periodos de trabajo o de angustia por la sequía, la lluvia, el granizo o las heladas.

Fuentes de trabajo
artesanias
En Morelos existen varios tipos de artesanía que se destinan al ornato ya sea doméstico o personal, para la vida ceremonial y las actividades económicas.
En estos pueblos las artesanías se elaboran de acuerdo con sus actividades y características de su entorno. Las actividades económicas más importantes son la agricultura y la ganadería; para la primera se trabaja el hierro forjado, en la manufactura de los instrumentos para la roza y corte de caña; en esta rama sobresalen los productores de Jojutla y Cuautla. Para el uso ceremonial y festivo se elabora alfarería, ésta a veces dedicada exclusivamente a la cerámica para ritual, cerería, papel picado, mascarería, metalistería y pirotecnia, lo cual se da en llamar artesanía ceremonial. Su producción sobresale en las comunidades de Tlayacapan, Tepoztlán y Axochiapan. Hueyapan tiene una gran tradición en el tejido de lana pura para la confección de vestimenta de uso cotidiano como chincuetes, rebozos, gabanes y fajas. En Huazulco y Amilcingo se hacen exquisitos dulces de amaranto, cacahuate y semilla de calabaza. Estos productos se venden sobre todo a nivel estatal durante todo el año en diferentes ferias, por excelencia en las de Cuaresma de Morelos. También una artesanía local muy importante en cada una de estas comunidades son los arreglos de flores naturales para sus diferentes fiestas religiosas, como son los xochimamastles de Xoxocotla.


Territorio, ecología y reproducción social
Morelos es un estado de abundantes recursos hidrológicos, todo su sistema hidrográfico se integra por afluentes de los ríos Amacuzac y Nexapa que forman el río Balsas. Sus principales ríos son Tenango, Chinameca, Yautepec, Xochiltepec, Tembembe, Chalma y Amacuzac. Hay lagos como el de Tequesquitengo y el Rodeo. El estado cuenta con un subsuelo rico en manantiales y agua artesiana que forman ríos subterráneos como el que atraviesa las grutas de Cacahuamilpa, y forman los balnearios de Agua Hedionda, el Almear, Atotonilco, Palo Bolero, Las Estacas y Tehuixtla.
En los pueblos nahuas de Morelos la principal actividad económica es la agricultura para la cual se emplean varios agroquímicos. En Hueyapan, con una población de 6 500 habitantes, se practica la agricultura que se destina para el autoconsumo (maíz y frijol) y para el comercio (hortalizas y frutas como pera, durazno, tejocote, aguacate y membrillo); el principal problema productivo que tienen es que los árboles ya son viejos y muchos de ellos están infestados de plaga. Los terrenos agrícolas y los pastizales son de propiedad ejidal, comunal o pequeñas propiedades. Otras actividades económicas importantes son la elaboración de artesanías textiles, de muebles y el pequeño comercio que abastece de lo indispensable a la región.
En Tetelcingo la mayoría de la población se dedica al trabajo agrícola. Para esto el ejido cuenta con unas 1 555 ha de las cuales 146 son de riego y las otras de temporal; además, existen muchas pequeñas parcelas de propiedad privada que suman unas 160 ha en total. Una tercera parte de la tierra la ocupan en el cultivo del maíz, el resto la dedican a cultivos comerciales, siembran caña y hortalizas principalmente. La comercialización se hace de manera directa en los mercados de Cuautla, Cuernavaca o de la ciudad de México. La ganadería es de traspatio y se crían sobre todo aves y borregos.
Santa Catarina cuenta con 3 600 habitantes, de los cuales el 86% desempeña actividades agropecuarias. Los terrenos son comunales y pertenecen al municipio de Tepoztlán. Las tierras son de temporal y se destinan a la siembra del maíz y frijol para el autoconsumo. Para el comercio cultivan jitomate, calabaza, chile y hortalizas.
La principal actividad económica de Cuentepec es la agricultura y la ganadería. La agricultura es de temporal de corte tradicional; el principal cultivo es el maíz combinado con frijol y cacahuate; en las pequeñas vegas del río se siembran hortalizas. La propiedad de la tierra es comunal y ejidal sumando unas 8 000 hectáreas de temporal; 2 050 se utilizan para la agricultura, y el resto es pastizal cerril. Sus beneficiarios son unos 250 jefes de familia. En los potreros naturales se cría ganado criollo y cebú. El ganado porcino se cría en los traspatios de las casas.
Entre los meses de octubre y diciembre la mayoría de la población se dedica a la recolección de escoba y palma, las cuales venden en Cuernavaca o a intermediarios que llegan hasta Cuentepec.
Xoxocotla cuenta con alrededor de 12 000 habitantes y una quinta parte de ellos son económicamente activos. Éstos se dedican a actividades agropecuarias y al pequeño comercio. La extensión de las tierras ejidales es de 3 950 has, de las cuales 2 425 son de temporal, 312 de riego y 1 213 de pastizales.
Los principales cultivos son la caña de azúcar, el maíz y el cacahuate. Se trabaja con una tecnología mecanizada, combinada con tracción animal. La ganadería porcina es de traspatio; sólo hay una granja ejidal que funciona con el trabajo colectivo de sus socios y genera ganancias. La comercialización de la producción agrícola para el caso del maíz excedente se realiza con los acaparadores de la región; el cacahuate es comprado por una cooperativa y algunas empresas locales. La caña de azúcar se procesa en el ingenio de Zacatepec.

Organización social
Las comunidades nahuas de Morelos se componen de familias extensas en las que todos los miembros tienen una tarea específica para la reproducción del grupo doméstico; la relación de compadrazgo es muy importante.
La autoridad está a cargo del ayudante municipal o del delegado, además del Juez de Paz, quien trata los asuntos judiciales. Por otra parte está la autoridad agraria.
Actualmente, la relación entre los cargos religiosos y los civiles no es tan estrecha como lo fue en años anteriores. Sólo en algunos de estos pueblos se reconoce aún a los huehuechiques, ancianos prestigiados, que fungen como consejeros de los jóvenes en víspera de casarse, y de la población en general.
Cosmogonía y religión
El poderoso imperio guerrero nahua quedó atrás. La cosmovisión de los pueblos nahuas contemporáneos, concretamente los de Morelos, tiene su origen en la antigua cosmovisión que los nahuas compartían con los demás pueblos mesoamericanos. Ésta se basa en una magna oposición dual de contrarios que fracciona el cosmos para su mejor comprensión. Así el cielo y la tierra, la luz y la oscuridad, lo femenino y lo masculino, forman una dualidad que posee dos tipos fundamentales de fuerzas complementarias y opuestas, semejantes e invertidas, entendidas en términos de polaridad: lo positivo y lo negativo.
Los nahuas de Morelos, hablen su lengua o no, conservan en gran medida los conocimientos de sus antepasados. Su visión del mundo, de la naturaleza, de Dios, sus formas de elegir a sus representantes, sus ritos agrícolas, de petición de agua, sus procesiones a los lugares sagrados, sus danzas, su música, sus recuerdos sobre un pasado cercano lleno de posibilidades ecológicas y abundancia de recursos frente a la pobreza económica y las carencias en las que viven actualmente. Aunado a esto, las manifestaciones de su cultura se han resguardado en las mentes de los viejos o en las cofradías religiosas, en las mayordomías y grupos de vigilancia de los santos, en los agricultores que rezan a San Isidro o a San Gregorio, en los que llevan a bendecir sus semillas a la iglesia el día de la Candelaria, o van en procesión a Coatepec; así como en los que aprendieron a observar la luna y conocen los mejores momentos para sembrar, regar o cosechar.



Relaciones con otros pueblos
Por el momento, la dispersión geográfica de estas comunidades impide fomentar un proyecto regional, pues el sentido de pertenencia y reconocimiento étnico es muy local. Los indígenas de Morelos son nahuas, pero están identificados con sus localidades.




Ciberografia
http://chikiuit.blogspot.com/2008/12/video-mujeres-que-trabajan-en-fibras.html

martes, 20 de marzo de 2012

Purépechas


López Sánchez Mariana
INTRODUCCIÓN

Su origen es divino, del cielo. Kuerájpiri es el creador, el dio primario engendrador. Y sus hijos son Tatá Jurhiáta, el Padre Sol y Nana Kutsi, la Madre Luna.



La población purépechas deriva de una mezcla de grupos chichimecas, nahuas, y pre tarascos que habitaron las riberas e islas del lago de Pátzcuaro, a finales del siglo XII.

Las actividades destacables que realizaron fueron empleo de instrumentos agrícolas de cobre.

La estratificación social era el rey, cazonci o irécha, después los señores, principales o acháecha y sacerdotes, finalmente las comnidades de campesinos y pescadores, artesanos y mercaderes.

Algunos rituales practicados son: ceremonias como la fiesta equataconsquaro, donde todos los pobladores de la región participaban durante 20 días. Y una narración de la vida de los antepasados que daba el sacerdote mayor.

Con la conquista por parte de Nuño de Guzmán en 1521, el gobernador de los p’urhé  no opuso resistencia.

Y con esto se dieron varios cambios en cuanto a las actividades que se realizaban por su parte como el arte plumario, el pulimento de piedras preciosas, y la platería entre otras. También la agricultura y la fauna con la introducción de nuevas especies vegetales (caña de azúcar) y animales respectivamente. Y explotación de minas por parte de los esclavos.

Y en el siglo XIX con la reordenación de la tenencia de la Tierra se despojo a la población indígena de la Zona de la Cañada, la región Lacustre, y el contorno Sur del área p’urhé, desde los sesenta. Lo que produjo levantamientos campesinos.

Durante la revolución se encontraron dos bandos: los “agraristas”  (revolucionarios y anticlericales) y los conservadores (católicos y antirrevolucionarios). Destacando el coronel Casimiro López Leco, oriundo de Cherán y organizador de grupos fijos y móviles de autodefensa armada, formando La Liga de Comunidades Agrarias de Michoacán y después la Liga de Comunidades y Sindicatos Agraristas en el estado de Michoacán.  Recuperando las tierras perdidas.

En la década de los veinte del presente siglo, destaca la lucha de Primo Tapia, encabezando un movimiento agrarista.

En la sociedad Moderna se mantienen las estructuras y formas de organización de la época prehispánica.

DESARROLLO

Localización geográfica: Actualmente se extiende a lo largo de los 6000 km2 de los 60 000 en el Estado de Michoacán,  en la región norcentral de la entidad, conocida como P'orhépecheo o Purhépecherhu. Esta área se divide en cuatro regiones: Japóndarhu, Eráxamani, Juátarisi y la ciénega de Zacap.

Los 22 municipios donde la población p’urhépecha son: Coeneo, Charapán, Cherán, Chilchota, Erongarícuaro, Los Reyes, Nahuatzen, Nuevo Parangaricutiro, Paracho, Pátzcuaro, Periban, Quiroga, Tancítaro, Tangamandapio, Tangancícuaro, Tingambato, Tinguindín, Tocumbo, Tzintzuntzan, Uruapan, Zacapu y Ziracuaretiro; sin embargo los hablantes de la lengua p’urhé se distribuyen en 95 de los 113 municipios del estado.



Lengua:

Se reconocen tres variantes: de la región lacustre, central y serrana. Notable disminución a partir de un censo de 1980, sin embargo se está intentando fortalecer esta lengua con el apoyo de la Academia de lengua purhé, y el Centro de Investigaciones de la Cultura p’urhépecha.


Población:

El censo general de Población y Vivienda registró a nivel nacional, por el año 1990 una población de 115 mil purépechas, de esto sólo el 87088 se concentraban en el estado de Michoacán y los demás estaban en el Distrito Federa, el Estado de México y en Baja California Norte.


Organización social: el núcleo es la familia. Las comunidades se dividen en barrios, que tienen funciones administrativas y ceremoniales.  Los cargos sociales son de carácter civil y religioso. Las autoridades oficiales son el jefe municipal de tenencia, los jueves, el representante de bienes comunales, el consejo de vigilancia, y el juez del registro civil.



Vestimenta:

Tradicional: falda llamada “sabanilla” en un enredo y consiste en un lienzo rectangular de lana tejida a mano. Las mujeres la tablean alrededor de su cintura y la sujetan con un ceñidor del que dejan sobresalir 20 cm de tela. Por su propio peso esta orilla se voltea hacia abajo y forma el famoso rollo de las tarascas.

La otra falda, llamada “zagalejo”, es también de lana. Lleva en la parte de arriba una tira de tela de algodón en color fuerte y, en la parte inferior, una cenefa del mismo material para protegerla del roce con el suelo. Está montada en angostos pliegues sobre una pretina amarrada en la cintura. Para formar “el rollo”, se vuelve la tela hacia adentro y se ata la pretina unos 20 cm más abajo. Al ceñirse la faja, esos veinte centímetros que sobresalen se doblan hacia fuera.

El “rollo” sirve para apoyar lo que las mujeres cargan en la espalda, ya sea una criatura, una canasta o un haz de leña. Bajo la falda o el enredo, las mujeres llevan en aguas blancas de manta, que tienen 5 metros de ancho a las que les cosen en la orilla inferior una tira bordada con lana o algodón en punto de cruz, a la que llaman labrado y en color contrastante, asoma bajo la falda luciendo dibujos de grecas, flores y animales.


Las tarascas usan dos ceñidores: el primero de grueso tejido de lana en color oscuro, es el que verdaderamente sostiene la falda de suyo pesada. El otro, más fino de colores vivos en lana o algodón sirve principalmente de adorno.

Hay tres tipos de camisas: el más antiguo deriva del huipil de dos lienzos llamado huananjere, es corto de manga blanca de una sola pieza metido bajo la faja. Está bordado alrededor del cuello y en los hombros con punto de cruz o al pasado, en color rojo o azul oscuro. El segundo tipo es de manta blanca, de escote cuadrado, con una bata tejida de gancho. El tercero es el más usado. Está camisa va plegada sobre el pecho y la espalda por una jareta a lo largo del escote; se acomoda así a los diferentes tamaños de mujeres, está bordada a veces en blanco y a veces en color, sobre los hombres y alrededor del escote con un trabajo muy fino y puntadas diversas.

Las tarascas se peinan con dos trenzas entretejidas con cordones de lana. Las mujeres indígenas michoacanas se cubren con rebozos de algodón azul marino con rayas azul pálido y blancas. Los flecos están guarnecidos con motitas y re bordados con motivos de águilas y figuras humanas. Para este trabajo emplean la artisela, que da la impresión de los antiguos trabajos con plumas.


Alimentación:

Siendo los cultivos más comunes el maíz, trigo, frijol, papa haba, lenteja, y cebada, además del durazno, aguacate, tejocote, limón, guayabo, chirimoya, chabacano, manzana, perón, capulín, membrillo, zapote blanco y granada roja.


Tipo de Vivienda: Tradicionalmente son de adobe y madera. Las primeras se construyen en regiones del Lago y la Cañada, y hacia los Reyes, y Tinguindín, mientras que las de madera se hacen en la sierra. Sin embargo, están siendo sustituidas por tabique, tabicón, techo colado, láminas de asbesto, cartón o zinc. También sirven como taller artesanal y bodega de productos agrícolas. Se construye una cocina aparte para albergar al hijo mayor una vez casado.                        Y también se tienen un pequeño huerto familiar donde se mantienen animales domésticos, se siembran verduras, árboles frutales y plantas medicinales.

Religión:

Politeísta con dioses mayores, medianos y menores.

Mayores: Curicaueri, Xaratanga, Thares Upeme y Uazoríquare.

Mediadores: Curita Caherí, Siruncia Arhan y Auicanime.

Cada una se representa como águila, fuego, piedra, tuza, caimán, etc. Y así forman parte de la vida de los p’urhé.

Dios  Curicveri, del panteón.

Sin embargo, actualmente en su mayoría se ha reemplazado por la católica, adecuando sus festividades al calendario litúrgico.

Fiestas religiosas y paganas:

El 6 de enero hay pastorelas que recorren las poblaciones tocando de puerta en puerta; destaca la singular fiesta de Erongarícuaro, cerca de Pátzcuaro; el 17 de enero, festividad en honor de San Antonio Abad, en la que todos los animales domésticos son engalanados con guirnaldas y otras flores, moños de colores y curiosos atuendos, para llevarlos al templo a recibir la bendición; del 24 al 27 de enero, en la isla La Pacanda, celebraciones en honor de Nuestra Señora de la Paz, patrona del lugar, con la danza de los Moros, bandas de música, fuegos artificiales y vendimias; carnaval cuando toritos de petate engalanados recorren las calles acompañados de música, maringuías (hombres vestidos de mujer), apaches, toreros y caporales; 19 de marzo fiesta de Huecorio en honor de San José Obrero, santo patrono de la localidad, con alboradas, procesiones, música, danza y cohetes; Miércoles Santo salida de los espías, que son ocho encapuchados, cuatro jinetes y cuatro infantes, que recorren la ciudad haciendo una interpretación bíblica de la Muerte del Nazareno; además, representaciones populares La Subida al gólgota, Las Tres Caídas, El Desprendimiento, La Procesión del Silencio, La Procesión de los Santos Cristos, La Procesión del Cristo de la Tercera Orden, y exposición de flores de primavera en la biblioteca infantil. El 3 de mayo, fiesta religiosa en el barrio de la Cruz Verde, con paseo de la siembra y yuntas engalanadas con flores naturales y panes, y danzas que imploran el buen tiempo para la siembra; en junio, la festividad movible de Hábeas Christi; el 29 de septiembre celebraciones en el barrio de San Miguel Arcángel, patrono del lugar: 1º de noviembre, en la región del Lago de Pátzcuaro, celebración de la Noche de Muertos, una de las ceremonias pagano-religiosas que han tenido eco nacional e internacionalmente y que inician desde el 21 de octubre, con eventos artístico –culturales en la Basílica de Pátzcuaro y en las Yácatas de Izintzuntzan, así como la feria artesanal de Pátzcuaro, celebraciones anteriores a la Velación de Muertos, en Janitzio, Ihuatzio, Tzurumútaro, Tzintzuntzan, Huecorio, y Jarácuaro; el 8 de noviembre desfile de Mojigangas, gigantescas figuras de cartón con personas que van adentro, bailando al compás de sones abajeños y que anuncian, cada semana, las fiestas de la Virgen de la Salud; del 5 al 9 de diciembre Feria Anual Artesanal y Agrícola, en honor de la Virgen de la salud.



Principalmente son danzas, en total 520 y otras 156 en desuso. Las danzas del ciclo de la cosecha (otoño-invierno) son la de los Viejitos, los Huacaleros, los Jóvenes y los Negritos, Dos Bailadores, la Danza del Pescado  (en la Región del Lago) y las de Pastores y Vaqueras. Por último las danzas del carnaval.

Las danzas del ciclo primavera-verano empiezan con el Corpus, donde participa toda la población y destaca el gremio preponderante de cada comunidad.


Economía: se basa en actividades primarias como la agricultura, la pesca, la recolección y el comercio. Otras son el tejido del hule, el trabajo asalariado en la agricultura, producción artesanal de madera.






Fuentes de Trabajo: Es el comercio, que ha ido aumentando debido al turismo y que sirve para su sustento diario.


Zonas Arqueológicas:
Son Tzintzuntzan, Tres Cerritos, Ihuatzio, Huandacareo, Cuitzeo, San Felipe de Los Alzati y Tingambato (liga a Uruapán); así como en los pueblos de la ribera del Lago de Pátzcuaro, Meseta Purépecha, Ciénaga de Zacapu, la Cañada de los Once Pueblos; en el área costera de Coahuayana y Aquila.







Biodiversidad:
Existe una gran diversidad de flora y fauna. En la primera podemos encontrar una gran variedad de plantas medicinales

Y en la segunda está: el venado de cola blanca, puma americano, coyotes, ardillas, tuzas, tejones, zorrillos; aves como chupamirtos, cuervos, pájaros bandera, tordos y zanates; acuáticas: patos, jacanas, garzas. Y de tipo acuáticos están peces blancos, sardinas, charales, truchas y carpas.



















Eco-regiones:
El área p'urhépecha presenta un relieve muy accidentado, producto de su origen volcánico que se remonta al Terciario o Cuaternario, cuando se presentó una gran actividad magmática que derramó grandes cantidades de lava.
Los suelos de la meseta son muy porosos y con la presencia de lluvias torrenciales de entre 1 260 y 1 500 mm de precipitación media anual. El agua es absorbida rápidamente, formándose corrientes subterráneas que se vierten en tres ríos: el Cupatitzio, que nace en Uruapan, el Duero que nace en Carapan y el Chivo que nace al oeste, y otro que nunca aflora pero que posiblemente alimenta al Lago de Pátzcuaro.
La mayor parte del área, particularmente la meseta, presenta climas templados subhúmedos con lluvias en verano. En la parte sur de la región se presentan tres subtipos: el templado húmedo, el semicálido húmedo y el semifrío subhúmedo, todos con abundantes lluvias en verano. En la Cañada, al norte de la región, encontramos clima semicálido subhúmedo con lluvias en verano.
En cuanto a la vegetación, encontramos serranías meridionales con presencia de pinos y encinos y la altiplanicie o bajío con una vegetación dominante de matorral xerófilo, siendo frecuentes también los pastizales y el bosque espinoso con presencia de acacias. En la región del lago encontramos dos tipos de ecosistemas: terrestres y acuáticos.
El Lago de Pátzcuaro tiene un relativamente conservado hábitat a pesar de presentarse procesos de deforestación y erosión del suelo; la contaminación es moderada y sólo tiende a ser crítica en la parte cercana a la ciudad de Pátzcuaro. Esto se debe fundamentalmente a que las comunidades indígenas de la región del lago han estructurado un manejo colectivo de conocimientos y actitudes que han favorecido el uso sustentable y conservacionista de la naturaleza.
En este manejo colectivo destaca el que la apropiación indígena de los recursos naturales se basa en el principio de la diversidad de recursos, por encima de la especialización y en un conocimiento global del entorno que tiene que ver con el conjunto de actividades productivas.

Cyberografía: